Las armas de aire comprimido son todo un éxito en las armerías, especialmente por su nivel precisión y  su facilidad de manejo. En España son muy usadas para el tiro deportivo, aunque en otros países se las puede utilizar para la caza.

Existe una gran variedad de carabinas y pistolas disponible en el mercado, las cuales se clasifican en función de la potencia del arma o la marca de las mismas. Sin embargo, la clasificación más común se centra en el sistema de carga con el que cuente la carabina o pistola, a saber: carabina de CO2, carabina de muelle o carabina de aire pre-comprimido.

En el caso de las carabinas de aire comprimido de CO2, éstas utilizan el gas como sistema de propulsión y sus cargas se deben recambiar al agotarse, pudiéndolas adquirir en cualquier tienda especializada. Este tipo de armas poseen un depósito en el que es almacenado el gas comprimido, el cual pasa a una válvula mediante un mecanismo de carga. Tras accionarse la válvula con un disparador, se libera el CO2 impulsando el balín por el cañón.

Por otro lado, las armas de aire comprimido de CO2 se caracterizan por ser realmente fáciles de amartillar y por tener un retroceso menor que los rifles de muelles, lo cual le confiere una precisión mayor al arma, en especial  en disparos a corta distancia.

Al utilizar este tipo de armas es bueno saber que las cargas de CO2 precisan de un cuidado especial, más que nada al transportarse por lo que hay que evitar que sufran golpes o caigan al suelo. Además, no deben dejarse bajo ningún concepto expuestas al sol puesto que el calor las podría hacer explotar. A su vez, se deben conservar en sitios  a temperaturas normales, revisando siempre las válvulas de las armas para asegurarse la mayor eficacia posible.

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